Tentación Primera

Siente el halito enfermizo
Que plasma sus prohibiciones
En tu terrenal esfera.

Siente el mal advenedizo
Portando sus condiciones
En tu gloria placentera.

Ya no queda paraíso,
Sólo existen tentaciones
En tu bóveda de cera.

Tu albedrío en decomiso
Extorsionan las acciones
Que se funden en la hoguera.

El umbral que profetizo
Forja las tribulaciones
De este mal que persevera.

Vampire Empire

Tu destierro del coagulo terrenal
Aún desprende la sangre indeleble
En el limbo del bien y del mal.

Tu frecuencia telepática expirada
Aún rebasa la distancia de lo interno
En mi sobria obscuridad fundada.

La opresión de tu hipnótica mirada
Aún diluye mi más hidratado infierno
En la cúspide mortal de la nada.

El ocaso vespertino del día final
Aún resiste el mayor efecto soluble
En tu opuesta visión cardenal.

Umbral de la Muerte

Asoma tu sombra y dame tu luz,
Aguda penumbra que alumbra mi cruz.

Dame sosiego oráculo ciego fatal,
Descansa tu sucia astucia facial.

Restringe tu esfinge de incierto falaz,
Restaura aquel aura del tiempo fugaz.

Entierra tu enojo de antojo banal,
Encierra en tu palma la calma final.

Detén tu venganza y alcanza mi ser,
Que anduvo sufriendo muriendo al nacer.

Concluye el interno y eterno fulgor,
Construye esta raza que traza el dolor.

Dolo Migratorio

Por espacios fenecidos
Del despojo de la ira
el mal siempre regenera;
Y la desgracia prisionera
Desgarrándose conspira
Por los álgidos sentidos
Que la ausencia recupera
cual frutos aborrecidos.

Entre tiempos abolidos,
La verdad de tus quimeras
Un mundo real aspira,
Desvariando en su mentira
De ilusiones embusteras,
Congregando siempre heridos
Las visiones lastimeras
De funestos adquiridos.

Venganza Crucial

El acento punzante de su mirada
Llenó una visión de infernal melodía
Y amorfas sensualidades siniestras,
Dejando fatales sucias cicatrices.

Aun siempre estando enclaustrada
Nunca omitió su vulgar cofradía,
Cual Troya entre amplias palestras
Ante el paso embustero de Ulises.

Y aquella benevolencia expirada
Remontó hacia aquel endiablado día
En réplicas sangres de sangres nuestras
Del leve deceso de ejércitos grises.

El acento punzante de su mirada
Llenó una visión de infernal melodía
Y amorfas sensualidades siniestras,
Dejando fatales sucias cicatrices.

Alquimia

Te desearía la vida si pudiera
Que envejecer el tiempo aun no consigo,
Llevo despierto un segundo cualquiera
Y muriendo va el tiempo conmigo.

Combiné sangre muerta y materia viva
Entre fuerzas alquimistas y hechiceras,
Me ilustré en tu cadena evolutiva
Para atarme en tus ligas lastimeras.

Voy venerando vivientes perdidos
Por no estancarme en tu vuelo cortado,
Voy cabalgando en diástoles latidos
Para saber si tu muerte ha triunfado.

Metamórficas Angustias

Coordenadas depresiones
Se mantienen represivas,
Cuando alergias intensivas
Siembran contraindicaciones.

Es que así se vuelve pena
Mis ahogados adquiridos,
En la grave mar serena
De mis naufragados idos.

Súbitas transformaciones
Se revelan agresivas,
Cuando angustias corrosivas
Nos llegan sin predicciones.

Y la noche gris condena
Mis licántropos sentidos,
Desgarrando en luna llena
Mis saciables convertidos.

Metamórficos procesos
Van cambiando la expresión,
Transmutan nuestra visión;
Formulan nuestros decesos.

Desahuciado

Tus signos vitales me saben escasos
Que describiría el olor de las velas,
Te siento distante arrastrando tus pasos
Por encadenadas sombras paralelas.

La saga fatal de perpetuos fracasos
Retumba el dominio en salvajes secuelas,
Preserva la angustia en mortales colapsos
Y cientos recursos de ausentes cautelas.

La virgen del luto te ofrece en sus brazos
Su eterna tristeza que en vida revelas,
Custodia tu dorso partido en pedazos;
Alumbra tu rostro en muertas ciudadelas.

Coma

El cronómetro invertido
Marcó el cruel grado de alerta
De una realidad incierta
Con visión de alto sentido.

Y el dolor que ha resistido
Ante la experiencia muerta,
Al cruzar la última puerta
Va cesando su latido.

Tan profundo va dormido
El sueño que no despierta,
Vía que la mente inserta
En tiempos de haber partido.

Ausente Presencia

Recorrí el obituario deprimente
Frente a mil reverencias postergadas,
Entre tus pertenencias veneradas;
Ante tu velatorio en cuerpo ausente.

Acercándome al féretro luctuoso
Vi tu semblante de arcana esoteria,
Entre dar imaginar tu materia
Que mostraba el dolor presuntuoso.

Frigorizado en cuerpo presente,
La obscuridad entumecía la sombra;
Y el susurrar del viento te nombra
Dándose tu aparición evidente.

Algunos diestros que presenciaron,
Probar sintieron aquella llegada
De hóspita revelación esperada
Por almas, que muerte enunciaron.